mercredi 17 décembre 2008

Guerre d'Espagne : un mythe s'effondre

Robert Capa photographié en Chine en 1938 perché sur un char japonais détruit par les Chinois.




Ce matin, dans un article du journal gouvernemental El Pais, le journaliste Miguel Angel Villena fait un intéressant compte rendu du documentaire des cinéastes Hugo Doménech et Raúl M. Riebenbauer dans lequel l'identité du milicien le plus célèbre de l'histoire de la photographie
est remise en question.
Identifié voici quelques années sous le nom de Federico Borrell García, ce soldat républicain est en réalité mort ailleurs et dans des circonstances très différentes comme le révèle le témoignage d'un de ses camarades anarchistes publié en 1937 dans une des revues de sa tendance politique.


Le 23 septembre 1936, le magazine français Vu publie une double page contenant avec les premières photographies expédiées d'Espagne par le photographe frontpopuliste Robert Capa. Une des photographies (ici, en haut à gauche) va rapidement devenir l'image par excellence de la République au combat contre les nationalistes.


La photo est-elle trop belle pour être vraie ? Il est très rare de photographier les combats sur le vif, encore moins un soldat frappé par une balle. Or, dans ce reportage de Capa nous n'avons pas un mort, mais deux et exactement au même endroit. Il faudrait beaucoup de chance pour réussir coup sur coup deux clichés aussi superbes et exceptionnels.

Au bout de quelques années de mises en doute et de questionnements, le seul argument solide en faveur de la véracité de cette photographie était l'identité du soldat, connue depuis qu'un de ses camarades s'était fait connaître après la mort de Franco pour donner son nom : Federico Borrell García. Or comme le révèle le documentaire, cette identification est totalement bidon.

La conséquence de la mise en lumière du mensonge est implacable, et ne comptez pas sur le journaliste du Pais pour le dire dans son papier, désormais la célèbre photo de Capa a perdu son dernier argument d'authentiticé. La mise en scène est désormais l'explication la plus plausible.

Un documental desmonta el mito del miliciano de Robert Capa
MIGUEL ÁNGEL VILLENA - Madrid - 16/12/2008


Es la imagen más simbólica y más difundida de la Guerra Civil española y una fotografía estremecedora de la muerte en directo. Robert Capa tomó la instantánea de un miliciano que acababa de ser abatido en el cordobés Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936. Durante casi seis décadas, el héroe republicano fue un desconocido, pero en 1995 un historiador de Alcoy creyó identificar en aquel miliciano al alcoyano Federico Borrell García, sin aportar ninguna prueba concluyente, todo basado en intuiciones, igual que las impresiones de una sobrina del soldado. Pero la mitomanía en torno a Capa alentó esta versión, más atractiva sin duda, de un héroe con nombres y apellidos. La sombra del iceberg, un documental rodado en dos años, demuestra, a través de testimonios y de documentos, que el célebre miliciano fotografiado por Capa no era Borrell y que vuelve a ser un soldado anónimo. Dirigido por Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer, el documental se estrena el viernes próximo en salas de Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante tras haber ganado algunos premios en festivales.

Le magazine Life a repris la photo de Capa publiée dans la revue française Vu et a largement contribué à sa popularité.


Una necrológica de Borrell relataba su muerte, muy distinta de la fotografía

"A veces una mentira", comentan los realizadores del documental que lleva como subtítulo Una autopsia de la mítica fotografía de Robert Capa 'El miliciano muerto', "empieza a rodar y resulta muy difícil detenerla. Creo que nuestro exhaustivo trabajo de investigación revela con declaraciones de editores gráficos, estudios de forenses y, sobre todo, con crónicas periodísticas de la época que Federico Borrell García no es el soldado de la foto. Es más, un hijo de Mario Brotons, el historiador alcoyano que reveló la identidad, ha afirmado que su padre, fallecido en 1995, se basó en intuiciones personales y nunca tuvo certeza histórica de su afirmación. Brotons aseguró en aquel año que lo había confirmado en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, un centro que nunca visitó".

Ahora bien, la prueba más aplastante se refiere a una necrológica en la revista anarquista Ruta Confederal, a finales de 1937, en la que un amigo de Borrell evocó las circunstancias de su muerte en Córdoba y escribió: "Le veo tendido detrás del árbol que le servía de parapeto (...) Aún después de muerto empuñaba su fusil". O sea, una situación radicalmente distinta del muerto de Capa, fulminado en campo abierto. Otro lugar común que han desmontado Hugo Doménech, profesor de Fotografía en la Universidad de Castellón, y Raúl M. Riebenbauer, periodista y guionista, apunta a que, según los datos historiográficos y declaraciones de personas presentes en Cerro Muriano el 5 de septiembre de 1936, en aquella jornada murieron varios combatientes republicanos y no sólo Borrell, como han sostenido algunos. No como conclusión del documental, sino sólo como "duda razonable", sus directores plantean también que la foto pudo ser tomada por Gerda Taro, compañera de Capa.

Sur les pentes du mont Muriano, près de Codoue, le groupe de miliciens anarchistes pose le 5 septembre 1936 pour Robert Capa. A gauche, celui qui va figurer sur la photo célèbre.


En cualquier caso, la pregunta obligada se halla en las razones del entorno de Robert Capa -integrado por su hermano Cornell, y su biógrafo oficial, Richard Whelan, ambos fallecidos hace poco- para escudarse en esa versión del miliciano identificado y poner todo tipo de obstáculos a los realizadores de La sombra del iceberg para su investigación. "Para Cornell Capa o Whelan", manifiestan los cineastas, "era preferible, digamos más comercial o más mediático, que el miliciano tuviera una identidad concreta a que fuera un tipo desconocido. Ellos también se aprovecharon de que los periodistas, en muchas ocasiones, y hablamos de una crítica y autocrítica, no tenemos ganas o no disponemos de tiempo para ser rigurosos. Por eso hemos dedicado dos años a viajar por media España y media Europa para conocer la verdad de una foto que a los dos nos ha fascinado desde hace años".

Fervientes admiradores de Capa y de su contribución al fotoperiodismo del siglo XX, los directores de La sombra del iceberg destacan la brillante y equilibrada composición de la imagen del miliciano, así como la dramática verdad de la tragedia, de la muerte. "Además", señalan, "se trata de una foto hecha en defensa de unos ideales justos, como era la causa de la República española". El mito de Capa se ha agigantado con el tiempo, y en la actualidad una amplísima exposición, abierta hasta el 25 de enero, repasa su trabajo en el Museo Barbican de Londres. Ahora bien, tal vez habría que dejar de lado la mitomanía. ¿Qué más da que el miliciano sea un desconocido? Cuando en julio de 1937 la revista Life dedicó un reportaje a España, ilustrado con la célebre foto, tituló así: Muerte en España. La guerra civil se ha cobrado medio millón de víctimas en un año. El soldado de Cerro Muriano era uno más, una anécdota convertida en categoría, un símbolo.

La solution de l'énigme se trouve peut-être dans cette boîte de négatifs retrouvée voici peu au Mexique. Il est possible que celui où figure la série de photographies prise en septembre 1936 s'y trouve.


Voici un exemple de planche-contact réalisée à partir d'un de ces négatifs. Toute mise en scène serait immédiatement démasquée.


Un char détruit sur un front d'Espagne.

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