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jeudi 27 mai 2010

Ces républicains qui ont choisi Franco

Gregorio Marañón, un républicain qui a choisi Franco.

A lire la presse et la télévision progouvernementales en Espagne, on en retire l'impression que le soulèvement militaire et social de juillet 1936 contre le Front populaire n'a reçu l'apui que de l'Eglise, d'une partie du corps des officiers et d'une poignée de groupuscules d'extrême droite fascisants.

Ce révisionnisme bon marché ne résiste pas à l'examen.

A l'heure de faire un choix, la fracture politique entre les Espagnols a traversé tous les milieux. Des catholiques réactionnaires ont choisi de soutenir la coalition marxiste tout comme des républicains libéraux se sont ralliés à Franco.

Certes, les catholiques du Parti nationaliste basque ont changé de camp dès qu'ils ont compris que Franco allait remporter la guerre. Ce fameux épisode de la « trahison de Santoña » a été résumé par le publiciste Pio Moa ou par l'écrivain Jon Juaristi.

En revanche, les libéraux ralliés à Franco n'ont pas changé de camp en chemin, bien au contraire. Pourtant, dans l'exposition consacrée à Gregorio Marañón à la Bibliothèque nationale de Madrid cet épisode passe inaperçu.

Or cet écrivain, qui a beaucoup fait pour abattre la monarchie et instaurer un régime républicain en Espagne, a été un des plus ardents défenseurs du soulèvement nationaliste contre le Front populaire.

Le journal numérique El Manifiesto a mis en ligne l'essai de Gregorio Marañón « Libéralisme et communisme » qui est un des meilleurs argumentaires en faveur de la rebélion. Cet essai fut traduit et publié à Paris par les éditions Sorlot (Libéralisme et communisme. En marge de la guerre civile espagnole, Sorlot, 1938).

Pour récupérer le texte de l'article, cliquer sur le lien ci-dessous ou ici.

Cuando los liberales apoyaban a Franco


Mucho nos complace ofrecer a nuestros lectores una auténtica primicia histórica: el ensayo de Gregorio Marañón titulado "Liberalismo y comunismo", el cual constituye uno de los más clarividentes análisis de lo que se jugaba en el conflicto fraticida que, de 1936 a 1939, asoló a España. El opúsculo es muy difícil de encontrar, pero "El Manifiesto" lo pone gustoso a su disposición.
Está a punto de clausurarse en la Biblioteca Nacional una exposición dedicada al médico y escritor Gregorio Marañón con motivo del cincuentenario de su fallecimiento en Madrid. Ha sido realizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y la Fundación Gregorio Marañón; el comisario ha sido el historiador Juan Pablo Fusi. En la España de ZP y de la memoria histórica, en la que el pasado se reconstruye como un juego del Lego, esta exposición es un juego de trampantojos. Marañón fue uno de los intelectuales que más hicieron por traer la República… y la exposición fue inaugurada por el nieto de Alfonso XIII. Marañón apoyó a los sublevados en julio de 1936, hasta el punto de que su hijo combatió como voluntario en el Ejército del general Franco, pero se intenta atenuar su decisión con un supuesto apartamiento del régimen. Marañón regresó a España en 1942, aunque en el folleto oficial se trata de endulzar el hecho con una invocación a “los tristes años de la Dictadura franquista”.

Tal como han escrito Gregorio Marañón Bertrán de Lis y Antonio López Vega en el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, Marañón, refugiado en Argentina, “apoyó al bando nacional con artículos como Liberalismo y comunismo (1937), en donde se percibe su visión de la guerra civil como una lucha entre el comunismo y el anticomunismo, lo foráneo y lo español”. Para muchos, este texto es la mejor justificación del Alzamiento. Como se trata de un ensayo difícil de encontrar, El Manifiesto lo pone a disposición de sus lectores. Todo sea por la memoria histórica.

He aquí algunas de sus principales frases:

“Mas lo que no admite duda es que las profecías de las derechas extremas o monárquicas que se oponían a la República se realizaron por completo: desorden continuo, huelgas inmotivadas, quema de conventos, persecución religiosa, exclusión del poder de los liberales que habían patrocinado el movimiento (…), negativa a admitir en la normalidad a las gentes de derecha que de buena fe acataron el régimen.”

“El liberal español unía al defecto común a todos los liberales del mundo, a saber, una ceguera de colores que sólo le permitía ver el antiliberalismo negro, pero no el rojo: la vieja tradición anticlerical.”

“La sublevación de Asturias en octubre de 1934 fue un intento en regla de ejecución del plan comunista de conquistar a España. (…) El movimiento comunista de Asturias fracasó por puro milagro. Pero dos años después tuvo su segundo y formidable intento.”

“… el liberal sigue creyendo que Rusia es el país del progreso y de la libertad, casi la Meca del liberalismo.”

“… por los días del Frente Popular, un profesor socialista, que pocos años antes era el ídolo de los estudiantes, daba ahora sus lecciones –y no siempre podía darlas– entre la hostilidad de su auditorio; y me confesó que el 90 por 100 de sus alumnos eran fascistas.”

“Aunque en el lado rojo no hubiera un solo soldado ni un solo fusil moscovitas, sería igual: la España roja es espiritualmente comunista rusa. En el lado nacional, aunque hubiera millones de italianos y alemanes, el espíritu de la gente es, con sus virtudes y sus defectos, infinitamente español, más español que nunca.”

“Si el lema de ‘Arriba España’, que hoy gritan con emoción muchos, muchos que no son ni serán fascistas, lo hubieran adoptado los del bando de enfrente, el tanto por ciento de sus probabilidades de triunfar hubiera sido, por este simple hecho, infinitamente mayor.”

“Éstos son los términos exactos del problema. Una lucha entre un régimen antidemocrático, comunista y oriental y otro régimen antidemocrático, anticomunista y europeo, cuya fórmula exacta sólo la realidad española, infinitamente pujante, modelará.”

dimanche 23 mai 2010

Les Juifs et l'âge d'or espagnol

Certains historiens républicains hostiles à la monarchie ont cherché vainement au XIXe siècle à démontrer que les protestants étaient le moteur économique de la France et que leur expulsion après l'édit de Nantes avait conduit la France sur la voie de la décadence.

Cette idée fausse fait partie de la vaste collection de mythes qui perdurent en histoire et qui refont surface dans la presse sous la plume de journalistes conformistes. Citons à titre d'exemple, le rôle clef des Arabes dans la transmission de l'héritage antique, la mise en esclavage des Africains par les Européens, la responsabilité de l'Allemagne dans le déclenchement de la Première Guerre mondiale, etc.

Pio Moa prend à partie une autre légende, qu'il n'hésite pas à qualifier de « raciste » : celle du rôle décisif les Juifs (convertis) qu'auraient eu dans l'Age d'or espagnol au XVIe siècle. Son post n'est pas très explicite mais il rappelle que la très grande majorité des Juifs convertis s'est parfaitement intégrée dans la société espagnole.

Pio Moa, qui ne connaît de ces questions que ce qu'il lit dans des ouvrages d'historiens patentés, aurait pu ajouter que l'Inquisition n'a persécuté qu'une minorité de familles judaïsantes, celles qui ont poursuivi une pratique domestique du judaïsme sur parfois plusieurs générations.

Cette persécution était rendue possible par le fait que ces familles, souvent très argentées, vivaient avec une nombreuse domesticité qui n'hésitait pas à dénoncer aux autorités religieuses le moindre comportement suspect.

L'historien nationaliste israélien Benzion Netanyahu a écrit un livre passionnant, mais horriblement partial, sur les juifs convertis en Espagne. Il faut l'avoir lu avant de s'intéresser à ces questions même s'il faut absolument le confronter à d'autres analyses (un aperçu en anglais ici). Je constate avec étonnement que son œuvre n'a pas été traduite en France. Etonante lacune.

Pour compléter votre information, deux livres à lire :

Los Marranos españoles : desde fines del siglo XIV a principios del XVI, según las fuentes hebreas de la época

Benzion Netanyahu


Junta de Castilla y León, Consejería de educación y cultura, 257 pages, 2002



et aussi :

Crimes et châtiments dans l'Espagne inquisitoriale :


Essai de typologie délictive et punitive sous le dernier Habsbourg et le premier Bourbon : 1655-1724


Michèle Escamilla-Colin


Berg international, 2 vol. 1338 pages, 1992.


De judíos e ideologías

Los judíos conversos fueron el ingrediente alquímico que dio lugar a la Edad de Oro de España”. Buena tesis racista, pero falsa. La edad de oro española se dio en los terrenos político, militar, literario, de pensamiento, pintura, arquitectura, música, en alguna medida de la ciencia, etc. Los conversos tuvieron un papel importante, pero secundario, en la Inquisición, en la Iglesia y en las letras sobre todo. Y la mayoría de ellos se integró por completo --máxime los de segunda o tercera generación, generalmente muy mezclados-- en la tradición católica y universalista española, contraria a la idea clave judaica del “pueblo elegido” (En la actualidad ocurre algo similar en Usa, por lo que muchos judíos hablan de un “holocausto silencioso”). Castro y otros consideraban converso a casi todo el mundo de la cultura, basándose en indicios sin mucho sentido, véase “La España imaginada de Américo Castro”, de Eugenio Asensio. La teoría conversómana es profundamente racista, a su vez en el sentido de “pueblo escogido”, como la de Netanyahu sobre la Inquisición, ya tratada aquí hace algún tiempo ( Ver segunda parte de:(http://desdeelparedon.blogspot.com/2010/03/pio-moa-el-rey-ante-una-ley-delictiva.html, en relación con el libro de García Olmo). Pero ha encantado siempre a los promotores de la leyenda negra, según la cual España siempre representó la ignorancia, el oscurantismo, la barbarie y el atraso... salvo durante un período, gracias a los benditos conversos, cuya sangre judaica hizo posible el Siglo de Oro. La realidad es que en España los conversos (algunos de ellos) destacaron precisamente al y por dejar de ser judíos. Fernández Armesto es, como historiador, bastante cantamañanas (abundan en la profesión). Mucha gente pasa con bastante facilidad del fanatismo antialgo a una beatería contraria.

Marx era, más que un converso, un judío renegado (echaba pestes de los judíos), pero curiosamente trasladó el componente mesiánico y de “pueblo elegido”, de los judíos al “proletariado”, es decir, ante todo a la élite que pretendía dirigir a los proletarios.


**** Aunque llamamos ideología, en un sentido difuso, a fórmulas políticas con mayor o menor ambición de resolver problemas sociales, la ideología más propiamente consiste en un sistema de ideas que pretende entender, por la razón o la ciencia, la naturaleza humana, la historia y lo que se ha hecho mal en ella, y aportar el remedio consiguiente para los problemas y malestares humanos básicos. Por su propia naturaleza, las ideologías tienden a despreciar la religión y finalmente la moral, y a sustituirlas. Unos encuentran la causa de los males en “la explotación capitalista”, otros en “el patriarcado”, el “machismo”, “la autoridad”, diversas “clases dominantes”, determinadas razas…, y muchos ecologistas, finalmente, han avanzado hasta concluir que el mal consiste en el propio ser humano, especie de cáncer del planeta, de Gaia. Las ideologías prometen torrentes de felicidad y bienestar a sus crédulos seguidores, aunque el resultado, en todos los casos, ha sido catastrófico. Pero no hay modo de convencer a los creyentes en esta especie de religiones triviales y sin misterio. Si las consecuencias son malas, siempre se debe a no haberse aplicado sus recetas lo bastante a fondo y a la gente incomprensiva que no acaba de entrar por el aro. En el caso del feminismo, por ejemplo, los resultados están ahí, aunque casi siempre se los menciona sin relacionarlos con la ideología que los promueve: cientos de miles de hogares deshechos, aborto masivo, cientos de miles de niños criados en familias monoparentales o desestructuradas, homosexualismo agresivo, prostitución abierta o encubierta cada vez más difundida y, derivado de ellos, aumento de la droga, el alcoholismo, la violencia familiar, etc. La relación entre unas cosas y otras salta a la vista con solo que se quiera observar. Pero se niega, tal como los marxistas negaban con descaro los efectos de sus prédicas: si admitían dificultades o defectos en sus regímenes, los responsables finales eran los malvados imperialistas.

samedi 21 mars 2009

Franco, retour en grâce ?


Pio Moa, un regard sévère sur l'Espagne qui renie son passé.


L'écrivain Pio Moa qui publie d'intéressants et polémiques essais d'histoire contemporaine centrés sur l'Espagne des années 1930, la geurre civile et le régime franquiste, vient de publier un nouvel ouvrage promis lui aussi à un succès éditorial : « Franco pour les antifranquistes ».



Bénéficiant d'une généreuse mise en place dans les principales librairies d'Espagne, cet ouvrage à la couverture élégante saura trouver un public non seulement parmi les générations qui ont connu le « régime antérieur », amis surtout pour tous les Espagnols de moins de quarante ans qui ne savent de Franco que ce que les médias en disent.

Franco visitant une aciérie à Aviles en 1952.

Comme le remarque Pio Moa qui fut un des rares vrais opposants à Franco durant sa jeunesse (tout comme le patron des éditions Altera qui le publie), n'hésitant pas à prendre les armes pour abattre le régime, la droite qui descend en ligne directre des structures politiques franquistes a renoncé à défendre le bilan du franquisme et la gauche, après avoir joué le jeu durant la période de transition, cherche à nouveau à rouvrir les plaies de la guerre civile pour satisfaire son aile la plus radicale.

Quelques blogs ont publié d'intéressants entretiens avec Pio Moa. Signalons notamment :


Pío Moa es autor de libros como Mitos de la Guerra Civil o Falacias de la izquierda, silencios de la derecha. Franco para antifranquistas (editorial Altera), que sale ahora a la calle, aborda la figura del personaje en 36 preguntas y respuestas. Alfonso Basallo (La Nación) entrevista al que fue activista antifranquista en el GRAPO y evolucionó desde el marxismo-leninismo a posiciones liberales y conservadoras. Se ha dedicado al estudio y divulgación de la Historia reciente de España, con tesis políticamente incorrectas.

¿Qué tiene que ocurrir para que el juicio sobre Franco en la historiografía y en la opinión pública española sea más objetivo?

Que aparezcan más libros serios y divulgativos como Franco para antifranquistas . Hay mucha gente que piensa aproximadamente así, pero tiene pánico a expresarse. También hay una derecha antidemocrática que, como señala Ricardo de la Cierva, con su pueril exaltación de Franco daña más que otra cosa su figura.

No le perdonan que justifique vd. el golpe de 1936, y que alegue que no era contra la II República sino contra la deriva revolucionaria que había tomado

Pues tendrán que ir perdonando, porque los hechos son los hechos, y acaban de imponerse contra leyendas tan absurdas como la de que el gobierno del Frente Popular era legítimo y democrático. Hacen mucho ruido, pero son pocas nueces.

¿Qué clase de legitimidad tenía Franco?... admita que, prejuicios aparte, no es fácil justificar su régimen

Franco no venció a la democracia, sino a un proceso revolucionario; mantuvo a España al margen de la II Guerra Mundial, cosa que es difícil imaginar que hubiera podido hacer otro; derrotó al maquis, que fue un intento de reavivar la guerra civil; propició el mayor desarrollo económico y social que haya tenido España en siglos; creó una dictadura autoritaria, cosa inevitable dadas las circunstancias, pero no totalitaria; no tuvo verdadera oposición democrática, liberal o socialista, sino comunista y terrorista; dejó el terreno abonado para una democracia moderna, que ahora están corroyendo precisamente los antifranquistas. Todo eso debemos a Franco. No puedo imaginar una legitimidad mayor.

¿Es otro mito que Franco fuera mediocre -otro tipo de crítica cada vez más extendido entre la izquierda?

Debemos suponer que quienes hacen esa crítica son muy brillantes. Y sin embargo Franco los venció, militar y políticamente, una y otra vez durante cuarenta años. ¿Quiénes son los mediocres?

Sostiene vd. que la Transición no fue fruto de la oposición sino del Rey, Suárez, y Fernández Miranda, es decir que venía del corazón del Régimen. ¿Fue una perestroika a la española?

Por supuesto, vino del corazón de la dictadura. La oposición quería la ruptura, no la reforma, y enlazar con el Frente Popular, como ahora mismo. Y no tuvo nada que ver con la perestroika, que provenía de un régimen totalitario, no autoritario, sin clase empresarial ni tantas otras cosas. La perestroika pretendía mantener un comunismo más abierto, lo cual era buscar la cuadratura del círculo, y, claro está, fracasó. La reforma democrática franquista está en riesgo de fracasar, pero de momento ha resistido treinta años, aunque ahora sufra una involución antidemocrática, debido justamente al antifranquismo retrospectivo.

Al hablar de la oposición, vd. dice que sólo hubo verdadera por parte del PCE. ¿Qué le ha hecho a usted el PSOE?

El PSOE no me ha hecho nada personalmente y al franquismo tampoco le hizo nada políticamente. Quizá por eso, y por no conocer bien su historia, el rey Juan Carlos y tantos otros pensaron que era la alternativa ideal al PCE. Pero la Guerra Civil no la originó el PCE, sino el PSOE, y este es quien está echando abajo ahora el legado de la Transición.

¿Cómo cree que será recordado Franco en España dentro de 100 años?

Ni idea. Pero creo que dentro de muy pocos años el juicio sobre él cambiará radicalmente: los hechos son los hechos, y la democracia española no puede permitirse el falseamiento de sus propias raíces sin correr muy graves riesgos.

¿Por qué le tienen tanta inquina muchos progres, muchos opinadores y muchos historiadores? ¿Será porque no soportan que un activista antifranquista se niegue a hacer una lectura maniquea de Franco?

Yo luché contra Franco cuando la gran mayoría de ellos no lo hacía, ellos luchan ahora, cuando ya no hace falta. Pero por una parte a nadie le gusta que le echen por tierra unas creencias arraigadas, siempre hay una resistencia a abandonarlas aunque se demuestren falsas, eso creo que nos pasa a todos. Y por otra, mucha gente ha cimentado su fama, su carrera profesional, a veces hasta su fortuna, en versiones totalmente falseadas de la historia, y por tanto hay unos intereses creados que inspiran una oposición cerril, peticiones de censura, etc. Además, declarase antifranquista en estos años equivalía a una especie de licencia para mentir impunemente. Y ya es hora de que eso cambie.



Reivindicando a Franco

Franco da para mucho. Primero fue la revisión de los hechos previos a la Guerra Civil, después llegaron las distintas versiones sobre los años de la contienda y de la posguerra inmediata y ahora toca someter a un nuevo análisis sus 40 años de dictadura. Y todo porque, según algunos historiadores y por más que hayamos oído lo contrario, Franco no fue tan malo. De hecho, llevó a cabo acciones fundamentales para el bienestar y la cohesión de España. Por eso, dicen, se ha cometido una gran injusticia con el mandatario que llevó a España “a las cotas más altas de prosperidad en siglos, un hecho fuera de toda discusión que no se le reconoce. Lo que es un problema porque revela una verdadera enfermedad política”. Quien así opina es Pío Moa, que acaba de publicar Franco para antifranquistas (Ed. Áltera), un texto en el que se da algunas vuelta de tuerca a las creencias más frecuentes sobre el régimen anterior. Y es que, para Moa, tiene que empezar a reconocerse:

“a) Que Franco no derrotó a una democracia ni a un gobierno legítimo, sino un proceso revolucionario a partir del Frente Popular.
b) Que libró a España de la guerra mundial, que habría causado muchas más víctimas y destrozos que la guerra civil y, de haberse producido entre 1930 y 1941, habría podido invertir el curso de la contienda.
c) Que derrotó el maquis comunista, que significaba la reanudación de la guerra civil.
d) Que su dictadura fue autoritaria y no totalitaria.
e) Que dejó un país próspero y reconciliado, sin apenas rastro de los odios de la República.
f) Que gracias a todo ello fue posible un tránsito ordenado y básicamente tranquilo a la democracia, algo que hoy está en plena involución”.

Y todo esto le ha sido negado al régimen franquista por dos motivos, según Moa. El primero es que “casi toda la derecha renunció a la batalla de las ideas, colaborando en la denigración de Franco por hacerse la moderna”. El segundo tiene que ver con “los sentimientos de odio albergados por unos izquierdistas que, como no hicieron nada reseñable contra la dictadura en vida de Franco, exhibieron después su antifranquismo del tres al cuarto”.

Podría entenderse que las ideas que expresa Moa forman parte de una tendencia secundaria en el entorno académico, que estamos ante una clase de autores que no representan ni las convicciones de los expertos ni las creencias mayoritarias de una sociedad. Pero también es cierto que, de una parte, estamos ante escritores que venden un buen número de ejemplares de sus libros y que, en otro sentido, si se publican textos con esta temática es porque tienen un público que les acoge bien. De modo que quizá habría que valorar de nuevo la estima en que se tiene a estas posiciones, cada vez más aceptadas en nuestra sociedad.

Franco siempre está de moda

Para el periodista Pedro Fernández Barbadillo, director de comunicación de Áltera, confluyen en la posible aceptación del texto varios asuntos importantes. Uno de ellos es que Franco siempre está de moda. “Además de que es el español más conocido del siglo XX, se trata de un personaje permanente. Han pasado más de 30 años desde su muerte y sigue estando presente en la vida política española, y más con la memoria histórica. Pocos dictadores siguen apareciendo en los editoriales de los diarios y en los mítines electorales tres décadas después de fallecer”. Además, cree Barbadillo que también ayuda el hecho de que “se trate de ocultar el pasado. No se puede hablar del franquismo sólo desde consignas: la historia siempre termina vengándose”.

Pero, en segundo lugar, Franco tiene el atractivo de lo prohibido. “Hay temas a los que se considera tabú, de los que te dicen que no puedes hablar. Y eso ocurre con el franquismo. Lo que al final, acaba aumentando el interés de la sociedad. Cuando prohíben algo, cuando una determinada acción se convierte en pecado, se convierte en una fuente de atracción inmediata”.

Quizá por eso, afirma Barbadillo, cada vez hay más jóvenes que quieren informarse sobre la España del siglo XX. “Los chicos oyen hablar en sus casas de lo que nos ocurrió, la memoria histórica sale a relucir en los grandes medios de comunicación y los políticos lo mencionan en sus discursos, por lo que no es extraño que la gente joven, que no conoció aquello, quiere saber cómo fue y qué pasó. Porque la gente no se traga lo que se le dice y busca conocer otras versiones”.

Sin embargo, con esta clase de textos, quizá no se busque tanto revisar históricamente el franquismo cuanto revitalizar viejas posiciones ideológicas. Quizá parte de la derecha esté comenzando a liberarse de sus complejos y quiera reivindicar no tanto al líder cuanto la validez actual de sus ideas. Lo que, además, podría tener creciente aceptación en una época de inestabilidad como la actual.

Al contraponer una época de paz social y relativo bienestar económico para el ciudadano medio, como hace Pío Moa, con estos nuevos tiempos de dificultades laborales e incertidumbre vital, no sería extraño que prendiera cierta mecha en ese hombre de la calle cuya calidad de vida “era mayor con Franco en muchos aspectos. Por ejemplo, había mucha más seguridad, mucha menos policía, muchos menos presos, mucha menos pornografía en cualquier sentido que se dé a la palabra, etc. Es cierto que faltaba algo esencial como son las libertades políticas. Sin embargo las libertades deben servir para que se defienda la verdad y se combata la demagogia”.

Pero, por más que pueda funcionar como referente para determinados sectores, Fernández Barbadillo niega que hoy sea posible un regreso a posiciones similares. Cree que, más bien, su uso es nostálgico: “También ves a muchos chicos de izquierdas con camisetas del Ché y eso no significa que vayan a hacer lo mismo que él. El asunto es más sencillo. El tiempo pule todo, da brillo y respetabilidad a épocas pasadas y hace que relativicemos sus puntos oscuros. A lo largo de la historia ha sido frecuente ver cómo se miran con nostalgia épocas pasadas”.

Pero eso es todo: no es posible la vuelta atrás, dice Barbadillo. Y en buena medida, porque la derecha española ha cambiado y es ya mucho más liberal que conservadora. Puede defender ciertos preceptos ligados a la unidad de España, a creencias religiosas o a posiciones morales no tan diferentes de los que acogió en el pasado, pero políticamente es liberal, lo que implica democracia de mercado y fronteras abiertas. Y eso cambia radicalmente las cosas, porque ya no es posible, dicen, esa mezcla de dictadura y proteccionismo.

El problema del proteccionismo

Claro que ¿fue Franco tan proteccionista? Probablemente, dice Juan Velarde, economista, consejero del Tribunal de Cuentas y editor, junto con José María Serrano, de La España del siglo XXI. La economía (Ed. Sistema), el dictador no fue más que hijo de su tiempo. “Se había llegado a la conclusión de que si España tomaba parte en un conflicto europeo lo pasaríamos muy mal para sobrevivir. Por eso teníamos que intentar valernos por nosotros mismos; habíamos de producir un poco de todo, y por eso la autarquía. Pero proteccionista lo era todo el mundo en aquella época, desde los líderes internacionales hasta dirigentes españoles como Azaña o Largo Caballero”.
Además, señala Velarde, Franco tampoco se negó a abrir las fronteras económicas. Sus reticencias quedaron vencidas “cuando John Foster Dulles, secretario de Estado estadounidense, le aseguró que su país no dejaría abandonado a un aliado ante las consecuencias económicas negativas que pudiera tener esa apertura”. Pero, en todo caso, el franquismo “fue consciente de que el cierre generaba decadencia para siempre mientras que la apertura traería prosperidad. De modo que si bien es cierto que Franco venía de ese nacionalismo económico ligado a lo militar, luego fue girando hacia otras posturas económicas”.Por eso, tampoco cree Velarde que la suma de militarismo y nacionalismo pueda regresar hoy con éxito y mucho menos aún si le añade proteccionismo: “La mayor de las barbaridades es intentar solventar los problemas actuales con posturas proteccionistas. Los mercados son globales y ya no hay man
era de evitar eso”.

Y esa es la paradoja hoy. Porque la derecha europea, y también la española, tiene ya poco que ver con sus expresiones de hace medio siglo: habrá conservadores, aunque son (casi) todos liberales. Pero puede seguir en sintonía con Franco en tanto, dicen, éste fue quien puso las bases para que el régimen democrático actual pudiera existir; para esta tendencia, fue el precursor, si no el planificador, de los nuevos tiempos. Así lo afirma Moa cuando habla de la transición, en parte prevista y querida por Franco.

“En su testamento no habla de preservar su régimen, sino la unidad de España y la paz. Parece consciente de que iba a haber muchos cambios. No obstante algunos de ellos le habrían desagradado, por ejemplo los artículos de la Constitución que permiten vaciar al estado de competencias y abren camino al separatismo, aunque al mismo tiempo la Constitución defienda la unidad intangible de España. Estas contradicciones no le habrían hecho mucha gracia ni, posiblemente, la legalización del PCE, al que daba una importancia entonces ya excesiva. De hecho, el franquismo favoreció la reorganización de los nacionalismos presuntamente moderados y del PSOE, que tiene un historial mucho más negativo que el PCE”.

vendredi 23 mai 2008

Pio Moa : les silences de la droite et les mensonges de la gauche


Le polémique et talentueux historien espagnol Pio Moa vient de publier un nouvel opus très dans son genre, un mélange de réflexion historique et de pamphlet politique. Il vient de donner à Nacho Gay du Semanal Digital un entretien qui ne manque pas de sel.


Pío Moa: “El PSOE y ETA tienen muchas cosas
en común”



Cada vez que Pío Moa abre la boca, sube el pan. Historiador cuestionado, polemista incuestionable, Moa ha sido siempre blanco de las críticas de sus compañeros de gremio, que no han visto con buenos ojos la deriva derechista que ha vivido un hombre que en su juventud fue militante del PCE y de los GRAPO. La gente cambia. Mucho. Pío defiende ahora el mismo Franquismo contra el que luchó. Las conclusiones a las que ha llegado tras investigar las causas de la Guerra Civil, tampoco han sido bien recibidas por el sector progresista de aquellos que alimentan la historiografía. Ahora publica un análisis del presente político de España. Sólo el título de la obra, Falacias de la izquierda, silencios de la derecha, promete levantar ampollas...

Pio Moa met les pieds dans le plat.

¿Se considera usted un provocador?

No, en absoluto. Yo trato de establecer los hechos históricos y hacer un análisis político de la actualidad lo más claro posible. Si alguien está en contra que me rebata, pero yo veo que lo que hacen más bien es agredirme.

Lo decía porque, al iniciar la lectura del libro -primera página, primer párrafo- uno puede leer: “Sobre la sociedad reconciliada y próspera que legó la dictadura de Franco, sobre una alternativa de reforma y no de ruptura con cuarenta años de paz productiva…” Supongo que usted sabe que un gran sector de la sociedad española no recibe bien tales aseveraciones…

Ese sector ha sido embaucado por una propaganda insistente durante muchos años, porque la verdad es la contraria. La verdad es la verdad y no hay tu tía.

¿Franco, pues, antes que Zapatero?

Franco derrotó a la revolución, libró a España de la Guerra Mundial y dejó un país próspero y reconciliado.

Deduzco que elige usted al Caudillo…

…Zapatero va a hacer todo lo contrario: está destruyendo toda esa herencia. Está creando rencores, dividiendo el país y compinchándose con la ETA y con los separatistas.

¿La dictadura de ayer antes que la democracia de hoy?

La democracia proviene de la dictadura. Yo prefiero la democracia, por supuesto. Pero reconozco de dónde viene.

¿Por eso carga tanto en su último libro contra historiadores progresistas como Paul Preston, que por supuesto no comparten sus tesis?

Realmente, los escritos de Preston y otros muchos no tienen la más mínima solidez. Yo los he atacado con argumentos y con datos y ellos no han sido capaces más que de responderme con ataques personales.

Afirma usted que ellos no son capaces de desprenderse de su ideología cuando escriben. ¿Usted sí?

Yo no digo que ellos no se desprendan de la ideología, lo que digo es que falsean la realidad de manera concreta. Yo de lo que hablo es de los hechos históricos y de la lógica de los hechos históricos.

Perdone que sea tan naif, pero ¿hay tantas Historias como ideologías o puntos de vista?

En cierta medida, sí. Pero hay Historias veraces y otras que no lo son.

Francisco Espinosa Maestre ha dicho: “Ni Moa es historiador ni sus libros son de historia”.

Este tío es un estalinista que pretende que mis libros sean censurados. ¡Quién es ese tío para decir algo así!

Ha habido otros que han dedicado incluso libros enteros a desprestigiarle, como por ejemplo Reig Tapia con Anti-Moa.

Es un libro muy gracioso. El que acabo de escribir es una especie de réplica. Es muy fácil decir que alguien miente, pero hay que demostrarlo.

¿Tiene usted el monopolio de la verdad?

No, pero creo que ellos la falsean. Yo lo he demostrado. Creo que más que un problema ideológico se trata de un problema profesional. Ellos defienden con uñas y dientes una versión de la Historia que no se sostiene.

Demos un salto al presente. ¿Por qué Falacias de la izquierda, silencios de la derecha?

Porque ese título define perfectamente la situación actual. Hemos desembocado en una situación de involución gracias a un planteamiento nefasto de la realidad por parte de la izquierda y a una falta de posicionamiento por parte de la derecha.


Falacias de la izquierda…

¿Cuál es la que más le indigna?

Me indigna especialmente la referente a la llamada Memoria Histórica, porque trata de establecer una continuidad entre el Frente Popular, que fue un régimen fraudulento, ilegítimo y totalitario, y la situación actual. La Democracia viene del Franquismo, guste o no guste. No viene del antifranquismo, ni viene de la República ni viene del Frente Popular.

Lo deja claro en su libro pero, dígame, ¿cuál es su opinión sobre el actual Presidente del Gobierno?

En cierta medida es un niñato que no sabe de lo que habla, pero es un tipo iluminado, que cree en sus propias tonterías. Y esto es lo que le hace peligroso.

¿Peligroso?

Es muy, muy peligroso para el país. Está protagonizando una involución política tremenda. Y en gran parte es por su propia necedad; una necedad iluminada, podríamos decir.

Vierte usted opiniones incendiarias en su libro con respecto al PSOE. Lo compara incluso con los terroristas…

ETA y el PSOE tienen muchas cosas en común: son dos partidos rojos, socialistas y contrarios a la Constitución, por considerar que viene del Franquismo, lo cual es verdad.

Tampoco son tantas similitudes…

Son además dos partidos que tienen el mismo punto de vista sobre la situación internacional, los países del Tercer Mundo, las tiranías a las que apoyan; son dos partidos comunistas, antifranquistas… Tienen una base común extraordinariamente amplia.

Hablando de antifranquistas… Es así como califica usted a ciertos miembros del grupo Prisa, como Polanco o Cebrián que, según sostiene en su libro, años atrás “medraron” gracias a sus contactos en el régimen…

Los antifranquistas entonces éramos muy pocos. Ahora hay muchos más, cuando ya no hacen falta. Y muchos de ellos proceden de gente que estaba trepando bajo el franquismo. Se enriquecieron, consiguieron puestos importantísimos y después se hicieron antifranquistas.

Pero la gente tiene derecho a cambiar, ¿no?

Sí…


Si no me equivoco usted formó parte del PCE, fue marxista, antifranquista y ahora…

Eso es verdad, pero yo lo he explicado. A mí me gustaría que otros explicaran sus extraordinarios cambios. Sería útil para que los ciudadanos supieran a qué atenerse.


Silencios de la derecha…

Será quizás que tenemos en España una derecha acomplejada…

Yo no diría acomplejada. Lo que ocurre es que una gran parte de la derecha carece de ideas políticas y se dedica a seguir la actitud de la izquierda, aunque con ciertos matices.

Yo me refería más bien a la gente de a pie. Parece que da cierto pudor reconocer que se vota al Partido Popular…

Ese acomplejamiento existe. Se refleja de manera clara en las encuestas.

¿Y cuál es su razón de ser?

En los medios y en la expresión púbica siempre han llevado la iniciativa las izquierdas de una manera muy agresiva, incluso insultante, y eso acobardaba a mucha gente. Además, han sido muy pocos los que han salido al paso de toda esa manipulación.

Dice usted en su libro que el centrismo característico del PP se identifica con su “ausencia de principios” y que es la causa que les “ha llevado siempre a la derrota”…

El grave problema del PP es que renunció desde el principio a la batalla de las ideas. Ha dejado el terreno de la cultura en manos de la izquierda. Esa idea que ha expresado Rajoy de que la economía lo es todo es absolutamente estúpida. Y eso es lo que provoca sus derrotas. Mucha gente vota incluso al PP creyendo que es lo que no es, que tiene unas ideas y principios claros… y no los tiene.

No le pregunto pues, de qué lado está, si del de los ‘duros’, que dicen ahora, o el de los ‘blandos’…

No es una cuestión de duros y blandos; es una cuestión de gente con principios y gente sin otro principio que conseguir el poder.

¿Como Gallardón?

[Risas]…

Del alcalde de Madrid dice en el libro que es “el hombre de Prisa en el PP”.

Sí, lo es. Él mismo lo ha expresado muy bien. Ha dicho: “estoy en la derecha porque coge las banderas de la izquierda”, o algo así. ¡Pero usted qué está diciendo!

Dice también que el PP sufre el “síndrome de la pitonisa”, porque siempre está mirando al futuro como si sus miembros fuesen “revolucionarios desdeñosos”…

Sí, lo hacen para evitar que la izquierda les llame franquistas. En cuando la izquierda lo hace, ellos se meten debajo de la mesa.

¿Hay que mirar, entonces, siempre al pasado?

Hombre, mirando al futuro no se ve nada, eso está claro.

¿Tanto como para acabar odiándonos?

No, en absoluto, la falsificación del pasado es lo que degenera en esta situación en la que estamos.

Si miramos al pasado y si Gustavo Bueno tiene razón cuando afirma que los actos realizados por una persona quedan irremediablemente inscritos en su biografía, no podemos obviar que usted formó parte del GRAPO…

L'ancien terroriste du GRAPO qui dit : je me suis trompé.


¿Se arrepiente?

No entiendo muy bien lo que significa arrepentirse, pero lo del GRAPO fue un error, porque luchábamos contra un régimen que no era tan malo y además lo hacíamos por otro que era muchísimo peor, totalmente totalitario… La izquierda en España siempre ha sido totalitaria.

dimanche 27 avril 2008

L'Espagne a-t-elle encore un avenir ?

Famille espagnole des Philippines.

L'historien espagnol Pio Moa a publié une courte analyse de l'origine des nationalismes basque et catalan qui mérite un détour par la qualité de sa synthèse. S'appuyant sur les recherches d'autres historiens connus, comme Jon Juaristi, il décortique la légende des nationalismes modernes pour mettre en lumière une réalité bien plus prosaïque.

Dans la majorité des cas, les nationalismes identitaires de l'Europe de l'Ouest, à ne pas confondre avec ceux de l'Europe centrale (comme celui des nations slaves intégrées dans l'empire Austro-hongrois), n'existaient pas, ou plus, au XIXe siècle car le sentiment d'indentité, d'appartenance, s'était dilué avec le passage du temps.

Les habitants de la Bretagne, de la Galice, de la Castille, du Pays Basque ou de la Catalogne se savaient bretons, galiciens, castillans, basques ou catalans mais, pour la plupart, leur sens de l'identité n'avait pas de traduction politique pratique.

C'est souvent un refus du libéralisme en politique, de l'idéologie égalitaire républicaine, et une volonté de défendre valeurs traditionnelles menacées qui vont réveiller le sens de l'altérité.

A l'appui de cette volonté de se préserver d'une évolution perçue comme néfaste, une poignée d'intellectuels va bâtir une alternative au modèle libéral dominant, en s'appuyant sur une reconstruction de l'histoire et une instrumentalisation de la langue.

Dans certains cas, les défis semblaient insurmontables. Il a fallu toute l'astuce d'hommes comme Sabino Arana pour construire à partir de rien l'histoire d'un Pays Basque qui n'a jamais existé comme entité indépendante. En revanche, les Basques avaient une langue et une base ethnique (le fameux sang RH-) qui servaient de puissants arguments pour susciter la xénophobie à l'égard des autres habitants de la péninsule, les Maketos.

Dans le cas des Bretons, l'histoire était plus généreuse à leur égard puisque l'Etat breton a existé et a mené la vie dure à la France avant de succomber en raison de la défaillance de l'allié impérial. Sans la faiblesse de Maximilien, roi des Romains, la Bretagne aurait préservé son indépendance, qui sait, peut-être jusqu'à nos jours.

Voilà pourquoi les historiens bretons n'ont pas eu besoin comme les Basques de falsifier l'histoire (en dehors de prétendre à l'existence de quelques rois surnuméraires quand l'histoire n'en reconnaît que deux).

L'absence de fondement historique ou linguistique n'interdit pas à une volonté autonomiste de se développer envers et contre tout. Lire la littérature des nationalistes basques du début du siècle où ils revendiquent l'Aquitaine jusqu'à la Garonne résulte risible. Ces historiens en mission confondaient à dessein Gascons et Vascons.

Que le sentiment national basque se fonde ainsi sur une illusion fabriquée par quelques carlistes reconvertis à la fin du XIXe siècle n'a pas empêché l'émergence d'un nationalisme d'autant plus rabique qu'il manque de fondements historiques.



L'écrivain Jean Mabire a montré l'importance des éveilleurs des peuples dans le destin des nations. Ici son enterrement le long des côtes du Cotentin.

Ce qui fait la force d'un nationalisme repose sur l'énergie de ceux qui veulent l'éveiller. Pour reprendre le titre d'un ouvrage de l'écrivain normand Jean Mabire, ce sont les éveilleurs de peuples qui créent les nations, non les arguments juridiques ou historiques qui dorment sur les rayonnages des bibliothèques.

La Savoie nous offre l'exemple de la renaissance, modeste pour le moment, d'un sentiment national grâce à l'intense activité d'une toute petite poignée d'hommes et de femmes. Parti de rien, le mouvement savoisien s'engouffre dans le mécontentement pour le canaliser au sein d'une revendication, identitaire et politique. Cerise sur le gâteau, les Savoisiens disposent d'un riche patrimoine historique à l'appui de leur démonstration.

Prenons le cas de la Franche-Comté. Aujourd'hui morne plaine, cette région a disparu de l'horizon de l'histoire européenne depuis qu'elle a perdu ses princes légitimes et son indépendance de fait. Il suffirait d'une seule personne pour transformer cette terre endormie en une vibrante cause nationale.

Olier Mordrel, un des jeunes étudiants qui a fait renaître le sentiment national en Bretagne après la Première Guerre mondiale.

En Bretagne, le sentiment national a été rendu à la vie par quelques étudiants au début des années 1920 et les tribulations consécutives à la Seconde Guerre mondiale n'ont réussi à l'éradiquer. Il suffit que les circonstances soient favorables pour qu'à nouveau il devienne un acteur décisif du destin de cette nation.

L'Espagne vérifie aussi le fait que c'est l'existence de personnalités remarquables qui permet la cristallisation d'un sentiments national. Au Pays Basque c'est Sabino Arana et en Catalogne, Prat de la Riba, qui ont rendu possible la naissance de ces phénomènes politiques inédits dans la péninsule. En revanche, l'absence de personnalité majeure en Galice explique que le nationalisme ne s'y soit développé que récemment.

A différence de la France où l'idéologie de la révolution française sert encore de ciment à la construction de l'Etat, l'Espagne n'offre qu'une institution monarchique largement dévaluée. Cette lacune explique en grande partie l'explosion des nationalismes périphériques.

Il est paradoxal que les mesures discriminatoires mises en place en Catalogne ou au Pays Basque pour décourager l'usage de l'espagnol soient avalisées par les grands partis nationaux. Il est interdit sous peine d'amende à un commerçant de Barcelone d'afficher une information en espagnol à ses clients. Dans les cours de récréation des écoles, les maîtres doivent intervenir pour interdire aux enfants de se parler en espagnol quand ils jouent à la marelle. En dehors des protestations véhémentes des locuteurs de la COPE et de quelques journalistes, personne ne semble s'en offusquer.

Ces mesures s'inscrivent dans une démarche identitaire que l'on peut comprendre. C'est l'absence de réaction des autres habitants de l'Espagne qui étonne. Cette indifférence comment s'explique-t-elle ?

Le modèle espagnol inventé par les libéraux au XIXe siècle et défendu par Franco est mort. Il faudrait qu'on le dise à cette madrilène.

Probablement parce que le modèle national espagnol est mort et que les Espagnols ne le savent pas encore. Attention, quand je parle de modèle national espagnol je fais référence à celui que les libéraux ont cherché à mettre en place sur le modèle français à partir de la sinistre Isabelle II, en détruisant les libertés locales (les Fueros) et les royaumes composant l'Espagne au profit des provinces, aussi désespérément dépourvues d'âme que les départements français.

Sur cette refondation libérale, centralisatrice et jacobine est née une Espagne nouvelle que je pourrais résumer en paraphrasant Lénine en « le libéralisme plus le télégraphe », arasant le passé au profit d'une construction étatique achevant le cycle des ambitieuses réformes des Bourbons.

Un esprit de droite traditionnel ne pouvait que détester cette Espagne synthétique qui sera adoptée avec enthousiasme tant par les militaires que par les partis totalitaires de droite comme de gauche.

Or ce modèle espagnol est aujourd'hui démonétisé, totalement surclassé par les modèles des nationalismes périphériques qui pourraient être perçus comme la revanche posthume des réactionnaires de la seconde moitié du XIXe siècle mais qui ne sont en réalité que des jacobinismes au petit pied, la pâle traduction localiste du nationalisme espagnol comme pouvait l'aimer le généralissime.

Or l'Espagne reste une grande chose. Non seulement une épopée commune extraordinaire, bien racontée par Javier Esparza dans son superbe livre la Gesta española, mais aussi une réalité humaine incontestable, celle d'un univers bicontinental uni par des liens qui vont au-delà de la
simple langue partagée.

Cette nouvelle Espagne reste à inventer car les nationalismes périphériques sont désormais un réalité inexpugnable, comme l'ont été en leur temps les indépendances américaines. Il faut qu'une nouvelle génération d'Espagnols se pense un projet commun à tous ceux qui, dans la péninsule, parlent l'Espagnol. C'est l'attractivité de ce modèle qui peut devenir le contrepoids indispensable aux nationalisme périphériques, de la même manière que l'attractivité économique de Madrid donne une leçon de modestie bien nécessaire aux Catalans et aux Basques.

Un univers bicontinental : cadets espagnols à Cuba en 19898.

Oui, le nationalisme espagnol comme Franco le comprenait, tout comme celui de ses adversaires de gauche, est mort. Mais l'Espagne est toujours vivante. Il suffit qu'à son tour elle trouve un éveilleur de peuples.

vendredi 18 avril 2008

Humour pour hispanophones hispanophiles



L'humoriste de gauche Eva Hache s'interroge : que reste-t-il aujourd'hui en Espagne de la IIe République ? Elle interroge l'historien Quequé Moa (une parodie de Pio Moa). Très orienté mais assez drôle. Pour hispanophones avertis.

mercredi 5 décembre 2007

Un historien bientôt en prison ?



Los Años de Hierro
Pio Moa

Esfera de los libros, 680 p., 26 euros, ISBN 9788497346634.

Pio Moa est un historien qui met du sel dans les plaies ouvertes de la gauche espagnole. Venu des rangs du terrorisme d’extrême-gauche qui a combattu le franquisme, il ne prend pas de gants pour rappeler à l’Espagne que le passe ne se lit pas seulement à travers le prisme déformant de la gauche bien-pensante qui règne dans les universités de la péninsule.
A fil de ses livres, il a brisé l’image d’Epinal d’une gauche ibérique démocrate, humaniste, fauchée en pleine ascension par une droite réactionnaire et militariste faisant alliance avec le nazisme, la fascisme et l’Eglise pour abattre la liberté en Espagne.
Sa thèse principale peut se résumer ainsi : c’est la gauche espagnole qui porte la responsabilité de la guerre civile déclenchée en 1936 par sa volonté d’imposer par la force dès 1934 un régime marxiste sur le modèle de l’Union soviétique.
Le 26 novembre dernier, un groupe de personnes proches du Parti communiste (Izquierda Unida) ont porté plainte contre l’historien à l’occasion de la parution de son livre Los Años de hierro qui couvrent les premières années du régime franquiste.
Astucieusement, ils ne lui reprochent pas le contenu de son livre mais les pros que lui attribue le 29 octobre dernier le quotidien de gauche proche du gouvernement Publico.
Les communistes dénoncent le fait que l’historien y associe les défenseurs de la loi de réhabilitation des victimes du franquisme aux criminels qui peuplaient les geôles clandestines du Front populaire, les sinistres « checas ». Ce faisant, Pio Moa manquerait de respect aux élus de gauche et mérite donc la prison.

Les lecteurs médusés de Publico ont pu lire :

Moa reconstruit le franquisme. Avec une idée fixe : le Front populaire (cette coalition de centre-gauche qui a gagné les élections de 1936) ne voulait pas de la démocratie. « Cétait un amalgame de staliniens, de séparatistes, de racistes du Parti nationaliste basque ou de putschistes comme Azaña, qui n'a pas respecté la loi, qui a coulé la constitution de 1931 et qui a mis en route un processus révolutionnaire », explique Pio Moa à Publico. La conclusion ne tarde pas à arriver : « Ceux qui aujourd'hui appuient la loi sur la Mémoire histoirique s'identifient avec les criminels, ceux des checas (les prisons républicaines). »

Mais ce qui étonne le plus et révèle l’état dans lequel se trouve la liberté d’opinion en Espagne est le silence qui a accueilli cette initiative communiste. Aucun parti ne l’a condamnée et la presse nationale garde un silence complice avec les nostalgiques du stalinisme.


Pio Moa (deuxième à partir de la droite), hier mardi 4 décembre 2007, photographié pendant la conférence de soutien organisée par Javier Portella (à droite) directeur des éditions Altera.




Pour en savoir plus


· Pío Moa: «La democracia viene del franquismo, no de la oposición a él»




Pio Moa répond à Periodista Digital.

mercredi 26 septembre 2007

Une vérité sur la guerre d’Espagne

L'historien Pio Moa


À la suite de l’adoption par le Conseil de l’Europe au début de 2007 d’une recommandation aux Etats pour l’institution d’une journée internationale de condamnation du franquisme, l’historien espagnol Pio Moa a tenu à remettre les choses au point.

Le Conseil de l’Europe a proposé de faire du 18 juillet 2006 la journée internationale de refus du franquisme, en souhaitant accompagner cette célébration par l’édification de monuments à la mémoire de ses victimes et par le rappel que la nécropole du Valle de los Caidos aurait été bâtie par des prisonniers républicains.
Quand j’ai entendu à la radio cette information venue de Strasbourg, il m’est venu à l’esprit la réponse que le grand philosophe espagnol Ortega y Gasset fit à Albert Einstein, lequel vantait aux Etats-Unis les mérites des républicains : « Albert Einstein s’arroge le droit de donner son avis sur la guerre civile espagnole et de s’engager en faveur d’une des parties en cause. Einstein démontre ainsi qu’il n’a aucune idée de ce qui se passe aujourd’hui en Espagne et qu’il ignore tout de l’histoire de notre pays. »
Le dossier que vous avez reçu à l’appui de cette proposition est une resucée de la propagande du Komintern, mise au goût du jour dans les années 1960 par des historiens marxistes comme Tuñon de Lara ou Gabriel Jackson puis sortie du placard de l’historiographie communiste par un gouvernement aux abois.
Cette vision partisane de la guerre civile enchante le chef du gouvernement espagnol, Jose Luis Rodriguez Zapatero, un homme qui proclame sans ambages dans la presse qu’il est un « rouge ». Elle suscitait pourtant déjà l’indignation de Gregorio Marañon, un des meilleurs intellectuels libéraux espagnols du xxe siècle : « cette propension au mensonge permanent est ce qu’il y a de plus irritant chez les communistes ».
Pour mémoire, je vous rappelle que Paul Johnson, l’historien britannique bien connu, a déclaré que la guerre civile espagnole est un des épisodes de l’histoire du xxe siècle sur lequel on a le plus menti. C’est sans doute pour cela qu’il n’a pas été sollicité pour faire partie de votre collège d’experts, des historiens si compétents et si objectifs qu’ils oublient de mentionner l’aide soviétique à l’Espagne républicaine pour ne citer que celle apportée par l’Allemagne et l’Italie aux nationalistes.
Selon la propagande à la mode, la guerre d’Espagne a vu l’affrontement de la démocratie contre le fascisme. Mais si vous analysez les différentes composantes du Front populaire au pouvoir à Madrid, vous comprendrez bien vite que cette identification des républicains avec la démocratie est impossible. Les anarchistes, les communistes, les socialistes d’alors (sur bien des points plus radicaux que les communistes) n’étaient en rien des démocrates. Ne l’étaient pas davantage le très raciste Parti nationaliste basque, les républicains de gauche et les nationalistes catalans (lesquels avaient tenté un coup d’Etat quand ils avaient perdu les élections démocratiques de 1933).



Mitrailleuse républicaine sur le front d'Aragon.


La gauche contre la démocratie

En réalité, contrairement à ce qu’affirme la propagande marxiste new look dont vous êtes abreuvés la guerre d’Espagne est le résultat de deux coups d’Etat successifs.
Le premier est déclenché en octobre 1934 contre un gouvernement de droite absolument légitime et respectueux des institutions. Cette révolte armée est planifiée dès le départ comme une guerre civile par le Parti socialiste ouvrier espagnol (l’ancêtre direct de celui qui est aujourd’hui au pouvoir en Espagne) pour imposer par la terreur un régime de type soviétique et par les nationalistes pour obtenir l’indépendance de la Catalogne. Ce coup d’Etat reçoit l’appui des communistes, d’une partie des anarchistes et des républicains de gauche mais échoue au bout de deux semaines en laissant sur le carreau 1 400 victimes et de très nombreux dégâts matériels.
Ayant assimilé les leçons de l’échec de 1934, le second coup d’Etat contre la démocratie est déclenché après les élections de février 1936 que le front populaire remporte en nombre de sièges mais fait match nul en nombre de voix. De l’aveu même de Manuel Azaña, le dirigeant de gauche qui prend alors le pouvoir, ces élections avaient été entachées par de nombreuses violences et par de graves irrégularités.
Les partis de gauche, après la proclamation des résultats, cherche à gagner par l’émeute les élections qu’ils n’avaient pas été en mesure de remporter nettement dans les urnes. Pendant ce temps, le nouveau gouvernement destitue le président de la république Alcala-Zamora, prive de leur mandat des députés de droite, épure la haute fonction publique, supprime l’indépendance de la justice et laisse faire les émeutiers lesquels en trois mois ont causé de plus de 300 morts, brûlé des centaines d’églises, mis à sac des journaux, des centres culturels et politiques, etc. Quand les hommes politiques conservateurs, modérés comme Gil-Robles ou plus musclés comme Calvo Sotelo, mettent en demeure le gouvernement de faire respecter la légalité républicaine, les élus de gauche comme la sinistre Pasionaria les menacent de mort depuis les bancs même du parlement.
La destruction programmée de la légalité républicaine par les partis de gauche et la décomposition totale de l’Etat sont apparue saux yeux de tous quand un détachement mixte de policiers en uniforme et de miliciens socialistes enlève à son domicile puis assassine le député Calvo Sotelo après avoir échoué dans une tentative similaire à l’encontre de Gil-Robles. Ce crime est la goutte d’eau qui fait déborder le vase et qui pousse à la rébellion une partie de l’armée. Au cours des semaines précédentes, la tournure prise par les événements avait encouragé certains militaires à préparer une riposte à la violence des partis de gauche, mais ils étaient très réticents à se lancer à l’aventure notamment en raison de la très grande probabilité d’échec (qui fut à deux doigts de se produire).
Dans tous les pays, quand la loi n’existe plus, l’homme donne libre cours à ses pires instincts. Dans les semaines qui suivent les élections de février 1936, extrémistes de chaque bord ont multiplié les crimes et les représailles. Mais le grand responsable du déclenchement de ce cycle de violences est le Front populaire qu’une propagande grotesque tente de réhabiliter.
Contrairement à ce que répète inlassablement « l’irritant mensonge communiste », ce ne sont pas le soulèvement de juillet 1936 et la guerre qui ont détruit la démocratie en Espagne. Bien au contraire, c’est la destruction organisée de la démocratie par les partis de gauche radicalisés qui a déclenché la guerre. Ce conflit qui a déchiré l’Espagne n’a pas vu l’affrontement de démocrates contre des fascistes, mais a mis en scène la lutte à mort entre des totalitaires de gauche et des autoritaires de droite. Rappelons que la dictature de Franco n’a égalé en rien l’absolutisme que les communistes ont voulu instaurer en Espagne sans succès et qu’ils ont imposé à la moitié de l’Europe après 1945.
La répression franquiste ne doit pas faire oublier que les chefs du Front populaire se sont enfuis du pays, sans se soucier le moins du monde du sort des milliers de leurs militants, acteurs volontaires de la vague de violence ayant terrorisé les Espagnols.
Après la guerre, ces agents staliniens ont été identifiés et traînés devant des tribunaux qui ont jugé implacablement les crimes odieux qu’ils avaient commis. Pour la plupart, ces nervis moscoutaires ont été condamnés à mort et fusillés aux côtés de personnes qui n’avaient rien fait d’autre que prendre fait et cause pour la République.
Il est insultant pour la mémoire de ces innocents que de les confondre avec ces crapules communistes en regroupant tous les morts sous le terme générique de « victimes du franquisme ».
En ce qui concerne le Valle de los caidos, vos excellences du Conseil de l’Europe devraient savoir que seuls dix pour cent des ouvriers employés à sa construction étaient des prisonniers, lesquels bénéficiaient d’un régime préférentiel de réinsertion à raison de cinq jours de remise de peine pour une journée de travail. Les déportés dans les camps nazis ou au goulag auraient été heureux d’en bénéficier.

Une vision franquiste ?


Le gouvernement du « rouge » Zapatero voudrait vous faire croire que je viens de vous présenter la vision franquiste de l’histoire. Or, savez-vous que les trois intellectuels que j’ai cités, Ortega, Marañon et Pérez de Ayala, ont été nommés les « pères spirituels de la République » en raison de leurs efforts pour faire de l’Espagne une démocratie libérale ? Cette même démocratie qui sera réduite à néant en 1936 par les révolutionnaires marxistes.
Marañon a eu ce commentaire lucide et non dénué d’amertume : « Mon amour et mon respect de la vérité m’obligent à reconnaître que la République espagnole fut un échec tragique ».
Un des meilleurs romanciers espagnols de cette époque, le très libéral Pérez de Ayala a écrit : « Tout ce qu’on dira de ces abrutis sanguinaires qui ont engendré puis nourri au sein notre tragédie me paraîtra peu. Je n’ai jamais pu imaginer qu’ils aient été capables de tant de crime, de lâcheté et de bassesse ». Marañon conclut : « En eux tout est vol, folie et stupidité ». Je pourrais sans peine multiplier les citations.
Je termine en rappelant les propos d’Azaña, le dernier président de la république, sur la qualité humaine de ces amis politiques : « des incompétents, des hommes sans idéal, n’ayant en commun que l’appât du gain. »
Comme vous pouvez le lire, il ne s’agit en rien d’une version franquiste de l’histoire. Vous avez été les victimes de « l’irritant mensonge communiste », diffusé massivement par l’actuel gouvernement espagnol, lequel vous a manipulés pour vous transformer en simples répétiteurs de ce pieux mensonge stalinien, discréditant par la même occasion une institution consacrée à la défense de la démocratie et des droits de l’Homme.
Ce gouvernement qui vous intoxique avec une histoire Espagne à la sauce Kominterm est en ce moment même occupé à couler la constitution espagnole par une politique en pleine connivence avec les terroristes basques de l’ETA. Je ne sais pas ce qu’en diraient les « pères spirituels de la République », mais je n’ai pas grand mal à l’imaginer.

Pio Moa




Une image idéalisée de milicienne du Front populaire. Les journalistes étrangers ont beaucoup photographié les femmes en armes des mouvements marxistes alors qu’elles ont été très rares à se battre en première ligne.